El puente era estable, excepto en su último tramo que era levadizo, salvaba el foso, uniendo el hornabeque de San Roque con el recinto interior. Donde se encontraba la puerta principal de la fortaleza, era una pieza monumental, de gran belleza; se encontraba situada en el centro de la cortina sur. La gran portada constaba de dos pares de columnas adosadas de orden toscano, uno a cada lado de la puerta, que sostenían el entablamento y el friso; sobre la cornisa, en el ático, había dos figuras con indumentaria clásica.

Entre las columnas había bajorrelieves con trofeos militares; y sobre la puerta un medallón destinado a recibir un escudo, entre bajorrelieves de banderas, cañones, espadas y tambores. A ambos lados de este medallón existían unas aberturas para dar paso a las vigas que sostenían las cadenas destinadas a accionar el puente levadizo.