Además del bombardeo sistemático a base de cañones, el sistema de ataque a las fortalezas consistía en la construcción de minas subterráneas a través de las que se aproximaban a los fosos salvando el recinto exterior defensivo y haciendo brecha en las cortinas del recinto interior.
Para contrarrestar este trabajo de zapa se desarrolló el sistema defensivo de contraminas subterráneas.
Consistía en auscultar el ruido de la excavación de los túneles atacante para hundirlos mediante voladuras subterráneas.
Se construyeron 5 galerías subterráneas con ramificaciones en forma de peine, situadas frente al hornabeque de San Zenón en la parte más expuesta del Castillo.